ANECDOTAS: "Propiedad transitiva de las anécdotas" (MARIA)

Ya sé, ya sé que la imagen es repulsiva, pero tenía que ponerla...

Anoche, como a las 2 de la madrugada... mejor dicho: esta madrugada, como a las 2.00 am, me levanté de la cama para hacer pis. Cuando entré al baño, no menos de 10 de estas bichitas, corrían desesperadas en toda-cualquiera dirección porque, hay que reconocerlo, son muy asustadizas. Empecé a zapatear para que por fin se dispersaran, pero estaban por demás atontadas; así que una de ellas llegó a chocarse contra mi dedo gordo y descalzo (los dedos también se "descalzan" cuando andamos en patas?).

En fin. Toda la situación me hizo recordar la anécdota de Oscar en la casona (aumentativo) de Temperley, y aunque en medio de la corrida cucarachil me senté en el inodoro con las patas levantadas, empecé a reirme nerviosa porque se me ocurrió que sucedería lo mismo que en aquella cocina de la casa del sur: que no serían una decena las "chicas", sino que no me iban a dejar terminar de hacer pipí para aparecerse en ejército completo.

Ya les dije que no les temo y hasta me caen simpáticas... pero, esta madrugada, y por un momento, me asusté. Si no fuera porque soy una dama, les diría que estaba en el lugar justo, como para "evacuar" físicamente la emoción que me embargó: "cagazo".

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[Conste que la fotografía fue tomada luego de todo lo narrado. Con ello quiero decir que las muy valientes no se dieron por vencidas ni se rajaron por resumideros, huequitos, fisuras, caños, lo que fuera. Para mí que esta guacha, era la jefa. Mis respetos.]